No es una casualidad que las fiestas de fin de año coincidan con la época en la que estadísticamente tienen lugar más incendios. Hay, de hecho, una relación causal que está bien justificada y de cuya explicación puedes sacar lecciones que podrían salvar no solo tu patrimonio, sino también tu vida.
Sigue estos tres consejos con mucha atención y probablemente no tendrás nunca la mala suerte de ver envuelto en llamas todo lo que te llevó una vida construir. Haz que la navidad no te sorprenda estrenando tu seguro contra incendios.
#1 No conectes más de un equipo a un enchufe
Generalmente invertimos una fortuna en facturas de luz y en instalaciones luminosas durante las fiestas de fin de año, sin embargo, pocas veces nos tomamos el trabajo de verificar el estado de nuestras tomas eléctricas. Recuerda que una sobrecarga puede generar una chispa que termine en un incendio, nunca conectes más de un equipo a un enchufe.
Una buena idea es utilizar una extensión, preferiblemente que cuente con un sistema de fusibles, para que en caso de que haya un cortocircuito eléctrico neutralice la posibilidad de un fuego por choque térmico o el derretimiento de los circuitos.
#2 No dejes velas, ni luces encendidas por la noche ni en presencia de menores sin supervisión de adultos
Es cierto que la imagen del belén adornado con sus luces es enternecedora y nos gustaría que pudiera permanecer estática durante toda la noche, sin embargo, lo que tú no ves en realidad, es que la temperatura del pesebre se eleva en la medida en que pasan las horas y que en cualquier momento materiales orgánicos como la paja, o sintéticos como el plástico pueden hacer combustión.
Ni que decir de las velas: bastará con que uno de nuestros hijos salga a buscar un vaso de agua en la noche y se tropiece, hará que la mala fortuna te visite y una llama salte a las cortinas para que se propague el fuego a través de tu vivienda.
#3 Asegúrate que las luces de navidad son de calidad y disponen de marcado CE
A veces los productos ‘Made in China’ son más baratos, pero no siempre tienen la mejor calidad, exponiéndonos a que uno de sus componentes falle y pueda ocurrir una tragedia, por eso siempre es importante verificar que las luces cuentan con el sello “CE” o de «Conformité Européenne”, lo cual querrá decir que cumplen todas las reglamentaciones comunitarias de seguridad.
Estas tres sencillas recomendaciones pueden ahorrarte muchísimas preocupaciones y dolores de cabeza, se trata simplemente de sentido común, pero muchas veces en medio de las festividades, solemos perder la perspectiva de lo que más nos conviene a nosotros y nuestra familia.